Flora Alejandra Pizarnik fue una poeta renegada con respecto a los temas clásicos de la poesía femenina tales como: la dulzura, la ternura, la fidelidad, etc. Influenciada fuertemente por Alfonsina Storni[1], Victoria Ocampo[2], Gabriela Mistral[3] y también por grandes poetas malditos, como Charles Baudelaire[4] y Arthur Rimbaud[5], su estilo poético deviene de una femineidad poco convencional, más violenta, su escritura parece ser el reflejo de una mujer que se encuentra atravesada por una sociedad que la recluye. Los temas principales de su trabajo son: la angustia, la soledad, el desamor, la crueldad, la muerte, entre otras.
De esta manera podremos encontrarnos con el libro de poemas “La Última Inocencia” publicado en 1956, y uno de los poemas más conocidos será: “La enamorada”.
A lo largo de sus versos podremos encontrarnos con una profunda melancolía y tristeza por la partida de alguien a quien ella ama, ya en las primeras estrofas veremos los recursos que usa Pizarnik: “ante la lúgubre manía de vivir/ esta recóndita humorada de vivir” utilizando así una antítesis irónica, una contraposición de estados. Hay que destacar también que el poema está directamente relacionado con ella, ya que se nombra al finalizar la primera estrofa.
En la segunda estrofa, podremos ver una imagen de ella frente al espejo enfrentándose a su soledad- “hoy te miraste en el espejo/ y te fuiste triste estabas sola”– y aceptando que su amado ya no está- “tu amado no volvió”.
La tercera estrofa presenta una mujer que realizará una serie de acciones con la esperanza de que vuelva su amado “enviarás mensajes sonreirás/ tremolarás tus manos así volverá/ tu amado tan amado”, si bien la persona que ama no ha vuelto ella parece estar atenta ante una posibilidad de su regreso, esto denota desesperación y profunda angustia.
Y en la cuarta estrofa hace referencia a cómo fue la partida, utilizando la comparación: “oyes la demente sirena que lo robó/ el barco con barbas de espuma”; y utiliza la ironía nuevamente: “ríe en el pañuelo llora a carcajadas”. Así al finalizar la estrofa expresa: “pero cierra las puertas de tu rostro/ para que no digan luego/ que aquella mujer enamorada fuiste tú”, debe demostrarse fuerte y no flaquear frente a los demás, pero ante todo parece sentir cierta vergüenza, por estar sola y teme ser expuesta por esto.
De esta manera en la última estrofa estaremos frente a una persona completamente devastada, perseguida por los días y las noches, dolida y agobiada “te duele la vida tanto tanto/ desesperada ¿A dónde vas?/ desesperada ¡nada más!”, ya no hay lugar en el que puede estar sin que la persiga la pérdida del amor, y el agobio de la vida.
Es de esta forma, como Alejandra Pizarnik devela con el correr de su poema sensaciones de profundo dolor y desasosiego, los sentimientos mutan constantemente: del pesar por la pérdida a la aceptación por la realidad; de la esperanza de que su amado vuelva al recuerdo de su partida, así como el suplicio que eso le provoca; y finalmente, pasa de ocultar sus sentimientos lo mejor que puede a la sofocación intensa de la situación que la rodea.
El poema se vuelve un torbellino de sentimientos, todos atravesados por el duelo emocional provocado por la pérdida de un amado.
[1] Alfonsina Storni, poeta y escritora argentina.
[2] Victoria Ocampo, escritora, ensayista, editora y traductora argentina.
[3] Gabriela Mistral, poeta, diplomática y pedagoga chilena.
[4] Charles Baudelaire, poeta, ensayista, crítico de arte, crítico literario y traductor francés.
[5] Arthur Rimbaud, poeta francés.
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